QUESOS CON SABOR
Y PAISAJE

PAULINA

Mi historia con el queso nace hace diez años, en la búsqueda por entender cómo la leche, el tiempo, y el cuidado se transforman en un alimento vivo y con alma. Observando la leche de mis cabras, su aroma, acidez, y cómo respondía a cultivos y clima, el trabajo en la quesería se convirtió en una conversación constante con la naturaleza, donde las estaciones marcan los sabores, los hongos trazan sus dibujos en la corteza, y la paciencia en la maduración define el carácter del producto final, donde el queso no se fabrica, se acompaña.
Cada queso que sale de nuestra quesería habla del territorio, de su humedad, de su pasto y sus animales. Aprendiendo constantemente, y confiando en mi propio criterio, nuestros quesos cuentan una historia sencilla y honesta, de un lugar, un momento, y una manera de hacer las cosas donde el tiempo se respeta.

La aventura de los quesos nació de la necesidad de proveer de leche de cabra a uno de nuestros hijos, gracias a sus cualidades especiales. Tras una estadía en Nueva Zelanda de aprendizaje y perfeccionamiento, al volver a Chile instalamos la quesería como emprendimiento familiar, donde todos hemos participado de cada parte del proceso: cuidado animal, ordeña, venta, probando quesos y opinando. Ya que el campo no se hace solo.

FAMILIA

PATRIMONIO

La Quesería Dcabra está en Los Bajos, localidad al norte del área urbana de Frutillar, en el camino que conecta con Puerto Octay por el bordelago. Salpicado de galpones y casas que dan cuenta de la herencia de la colonización alemana, Los Bajos es un territorio de fuerte identidad agrícola y ganadera, donde la naturaleza es la gran protagonista, y el tiempo se siente más lento. Praderas de gran calidad están protegidas por bosque nativo, y bañadas por el lago Llanquihue. Estas cualidades definen el carácter de nuestros quesos, que además de sabor, tienen paisaje.